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Mostrando entradas de 2022

El camarero

 Recuerdo una comida, creo que en Madrid, en la que estábamos un par de banqueros, el encargado de Madrid y el dueño de la empresa radicada en Valencia. La comida transcurrió estupendamente y no se pudo pedir más en cuanto a calidad. A los postres empezó una conversación en la que se fueron tocando varios temas. En un momento determinado, a raíz de lo que se comentaba, yo conté lo siguiente. -Si, yo conozco un caso en Valencia. Una persona, con todos sus permisos, montó un restaurante en la costa. Al poco decidieron que toda la autovía y por muchos kilómetros, fuera vallada. Más o menos es normal, pero si hay negocios que se han autorizado, sería necesario en algún punto crear un entrada. No fue así. El dueño tiró varias veces una parte de la valla para que pudieran acceder clientes a su local y otras tantas la pusieron nuevamente. Ahora es una ruina deshecha en la que, aparte de las gaviotas, sólo sería posible ver algún maleante o drogadicto. No se que sería de aquel pobre hombre al

El masaje

 Algo parecido me pasó en Extremadura. En la mesita de noche había un aparatito para poner una moneda de duro (5 pts). Supuse que sería para la televisión aunque ya estaba encendida "en un rato se apagará si no le meto una moneda" pensé. Y metí el durito. Inmediatamente comenzó la cama a dar saltos y cabriolas con un masaje sensacional. Bueno, pensé, bien está cinco minutos de masaje. ¡Pero a la hora y cuarto aquello seguía cada vez más enloquecido! Ya no sabía qué hacer, si llamar para decir que pararan a la cama saltarina o acostarme en el sofá de la habitación.  Diez minutos después con un ligero saltito, se acabó el masaje.

¡Estropeaban la máquina!

 Vendí una L-5000 a una fábrica de tejidos. La instalación fué sin ninguna complicación y los programas ya los tenía hechos por mi tal como cuento en otra anécdota. Terminados ya los últimos arreglos de  la programación, quedaba la máquina preparada para poder hacerle algunas pruebas e ir modificando, si todavía quedaba algo sin importancia, sobre la marcha. Hay que tener en cuenta que el software se tenía que "compilar" y esto no era en la propia máquina. Los lenguajes de programación entonces estaban en mantillas y todavía no teníamos ninguno de mayor facilidad como el COBOL. Se escribían unas instrucciones muy básicas como EB05 que eran perforadas en una cinta y luego leídas por un "compilador" que nos daba otra cinta con el programa. Esta cinta es la que leía la máquina para poder funcionar de acuerdo con esas instrucciones. Así pues, yo pasaba la cinta a la máquina del cliente y él después miraba a ver si salía, más o menos, como él quería. Pero de repente empe

La cadenita

 Hay veces que, sin ser una anécdota en sí, pasamos por algunas ocasiones divertidas, o comprometidas. En Alicante llegué cansado y sudoroso al hotel y con unas ganas terribles de tener un buen baño. Subí a la habitación, me desnudé e inmediatamente me metí en la bañera y comencé a darme una ducha. Al mirar hacia arriba vi que del techo salía una cadenita y yo, que me gusta saberlo todo, comencé a tirar de ella esperando que saliera jabón o cualquier otra cosa. Pero no salió nada. Al minuto se descorrieron las cortinas del baño y me encontré frente a dos camareras y un señor que venía con su maletín de médico. Cuando se me pasó la cara de "panoli" les pedí disculpas y me enseñaron el cartel que había en el que decían que "caso de tener algún accidente o encontrarse mal, avisara tirando de la cadena.

La máquina da "erró"

 Algunas veces se tienen que resolver problemas por teléfono, y es entonces cuando los informáticos pierden años de vida por los nervios que pasan. Recuerdo una vez con una máquina que tenía instalada en Murcia. Era un almacén de aluminio y se le había presentado un pequeño problema fácilmente solucionable con una o dos instrucciones. No recuerdo exactamente cuales eran pero sería muy parecida a esta. copy pepe* to archivo/pepe* Que en el lenguaje de entonces significaba “copia todos los documentos que empiecen por pepe en el directorio archivo”. Como se ve era algo muy, pero que muy, simple. El muchacho introdujo la frase tal como se la dicté y de inmediato me dijo. -Da “erró”. Cuando te dicen eso es cuando la sangre empieza poco a poco a calentarse. -Veamos Fulano -dije- repíteme, por favor, lo que tú has escrito. -Te digo -contestó muy complaciente- “copy pepe asterisco to archivo barra pepe asterisco”. Pero da otra vez “erro”. Un par de grados más de calentura. -¡Pero si no puede s

La maquinita

       El nombre de “maquinita” se lo pusimos mi mujer y yo al Seat-600 porque el fulano que nos lo vendió, en el momento de la venta juraba que funcionaba como la maquinita de un reloj de lo exacto que iba. ¡Maldito sinvergüenza! La realidad fue que nos dio gato por liebre y nos dio bastantes problemas antes de poder venderlo, y de ahí que, de broma en broma, lo bautizamos con el mote de “maquinita”.      El caso es que aquel coche no era el mejor vehículo para ponerse en carretera y hacerle cada semana casi mil kilómetros por esas carreteras de Dios de finales de los 70’, y de esa manera ocurrió que pasé las mil peripecias hasta que pude cambiarlo.      Para empezar, tardaba entre seis y siete horas en hacer un viaje de trescientos cincuenta kilómetros.      En invierno, como que la calefacción no “tiraba” y me helaba de frío, me compré una gabardina que me cubría desde las orejas hasta casi los tobillos y la llevaba puesta todo el camino. Aquellos faldones conseguían tapar mis ateri

Las lámparas de la catedral

 Uno de los terminales de la empresa mecanizada en el que se hacían los albaranes para mandarlos, una vez al día, a la unidad central estaba en Burgos. Después de haber repasado la instalación y actualizado el software nos dispusimos, el director y yo, a darnos una vuelta por Burgos y especialmente a ver la catedral que, por muchas veces que se visite siempre tiene cosa nuevas y extraordinarias para admirar. Ese día le estuve hablando sobre las lámparas que me parecían extraordinarias. El me miró condescendiente y me dijo... -Sí, tienes razón, pero no son ni la mitad de las que yo tengo en mi casa. Esta afirmación me sorprendió, yo no había estado en su casa así que supuse que sería una casona rural en la que habría cosas muy antiguas, quizás heredada de sus ascendientes. -Esta noche te vienes a cenar a casa y te las enseñaré -añadió. Yo encantado de la vida porque me entusiasma la historia, la cocina y el arte. Lo iba a tener todo en una. Esa noche, después de pasar por el hotel y dar

Como perforar tarjetas.

 Los asesores han protagonizado muchas anécdotas. Tener en cuenta que una L5000 costaba 1.500.000 pts y yo cobraba un buen sueldo de 25.000 pts. Un asesor al que le fuera a untar la casa vendedora con una comisión podía llevarse como poco un 5% que serían 75.000 pts o sea 450 €. Nosotros no pagamos nunca comisiones, pero era bastante frecuente hacerlo.  En la presentación que hacíamos ese día teníamos como competencia al ordenador Español FACTOR. Naturalmente el cliente vino acompañado de su asesor. Nosotros teníamos una ventaja cuando el cliente necesitaba tarjetas perforadas y era que la nuestras eran de 96 columnas y las normales era de 80. De este modo contenían más información. Como era de esperar el asesor, pagado por Factor, iba poniendo pega sobre pega. El pobre hombre no conocía el humor negro de la oficina valenciana. Y es que contra esta empresa teníamos una bala en la recamara ya que ellos tenían maquina lectora de tarjetas, pero no podían perforarlas. Naturalmente el compr

Los zapatos

 En Huelva he conocido dos extremos, un calor terrible o una lluvia terrible. Ese día había ido con un compañero que llevaría la plaza y estábamos visitando a clientes. Al empezar a hablar con los dueños de un taller de carpintería metálica, calló un aguacero de los que hacen época. Nos esperamos con el cliente hasta que al cabo de una hora, remitió y parecía que empezaba a salir unos tímidos rayos de sol. Como los posibles clientes los tenía a todos en un radio relativamente pequeño decidimos no salir con coche, por lo que nos despedimos de los dueños del taller y nos dirigimos a la siguiente etapa. Supongo que mi compañero se había comprado los zapatos en unos chinos baratos porque notó algo en la suela de uno de ellos y al mirarlo vió que estaba totalmente despegada. Como todavía estábamos cerca del cliente, retrocedimos y les pedimos, por favor si tenían algún pegamento para pegarla y poder llegar, al menos, al hotel o a una zapatería. Lamentablemente en ese momento comenzó a llove

No todo el mundo puede ser comercial

 Si tuviéramos que elegir un trabajo en el que se requiere don de gentes, educación, conocimientos y mucha mano izquierda, sin lugar a dudas elegiríamos el de comercial. Has de conocer tu producto y el de la competencia, has de saber de psicología para conocer al cliente por sus gestos más que por sus palabras. Has de conocer el límite al que puedes llevar una conversación y qué es lo que le gustaría al cliente y qué es lo que, de verdad, necesita. Demasiadas cosas. Para hacerlo bien, muchas personas no valen. En las clases ventas que se nos impartían en Madrid, había tanto de psicología como de ventas en sí. Aparte, naturalmente, de conocimiento de nuestras máquinas y las de la competencia. Normalmente eran cursos de quince días, en los cuales por la mañana eran las clases de ventas y por las tardes se hacía demostraciones de las máquinas o de la manera de presentarlas. Las personas somos de muchas maneras distintas y hay de ellas que su propia estupidez las hace reaccionar intentando

Soy tu regalo

 Cuando tienes que salir y viajar mucho, las cosas más absurdas te parecen ya algo normal. En Alicante tenía un par de instalaciones y, aunque para mí los kilómetros entre Alicante y Valencia ya eran coser y cantar, al tener que esta un par de días no me pareció oportuno hacer cada vez el recorrido teniendo en cuenta que todos estos gastos corrían por parte de la empresa. Pasé un día francamente agotador, los problemas sencillos son los más difíciles de encontrar porque no puedes ni imaginarlos. Y uno detrás de otro llega un momento en que parece que la cabeza esté a punto de explotar. Pero por fin se acabó el día y la excelente cocina alicantina me esperaba en el hotel y después un baño relajante y a la cama, una hora viendo la tele y después a dormir. La cena fue exquisita, no demasiado copiosa, como ha de ser por la noche, pero de alta calidad. Para entender mejor los sucesos posteriores es importante conocer que yo estaba con el dueño de la empresa que era un gran aficionado a la c

¿Puedo chillarle?

 Cuando ves las cosas con la perspectiva de los años, cosas que en el momento te sacaron los nervios y te parecieron tremendas, ves que no lo eran y sí que tuvieron mucho de cómicas. Como he comentado los comerciales teníamos terminantemente prohibido hacer programas para los clientes pero ¿cómo íbamos a vender si los programas que necesitaba no existían? Si un cliente tenía que gastarse (en aquella época) un millón y medio de pesetas (9.000 €) en una máquina que no le servía para nada sin los programas adecuados ¡y estos podían costarle más que la máquina, cuando si hubiéramos aprendido a hacerlos podrían estar hechos en una semana! Así pues, y con la mediación y el consentimiento del director de la sucursal Sr. Rego, un compañero desde Madrid, se ofreció a hacérselos. Hay que tener en cuenta que un programa que hiciera una factura era más sencillo que hoy en día darse de alta en el facebook y la máquina tenia 256 kb de memoria útil. Comparen con un tarjeta pequeña de hoy que lo norma

Te conocemos.

 El primer director que tuvimos en la sucursal fue un verdadero fenómeno. El súper comercial Sr Regó fue un hombre amable, educado y un comercial maravilloso. Las clases de ventas te enseñan mucho, no lo discuto, pero la personalidad de este hombre nos dió el temple y el "savoire faire" que no se puede enseñar. Es como el vino, no se puede hacer un buen vino con unas malas uvas, pero la calidad final la da la barrica y el tiempo. Cuando lo destinaron otra vez a su Cataluña natal la sucursal de Valencia perdió un valor básico que ya le costó mucho recuperar. Y fué con un compañero de Barcelona con el que me pasó una anécdota muy curiosa. En alguna de las reuniones de trabajo que habíamos tenido él me había comentado muchas veces que mantenía una relación por escritura automática con unos seres que el comentaba que suponía que eran extraterrestres pero que no lo tenía seguro. En uno de los viajes a Barcelona estuvimos juntos y yo le comenté que me gustaría verlo en acción. Por

La zapatilla una calculadora de madera.

 Es muy difícil hoy entender que un almacén de maderas pudiera funcionar con una máquina de escribir antigua y una calculadora DE MADERA. Cuando entré a ofrecer nuestra maravillosa calculadora con impresión en papel no me esperaba que lo que encontrara fuera una verdadera joya. Los nuevos no podíamos vender ordenadores. Sólo calculadoras. Los americanos, tan dados a acortar palabras con tres o cuatro letras nos decían que eramos MMT y cuando pudiéramos vender ordenadores pasaríamos a TM (tarde marketing). En los cursos nos habían enseñado a demostrar la calculadora pulsando las teclas con un bolígrafo y se me daba muy bien. Si se trataba de correr ya utilizábamos todos los dedos y los cálculos salían a una velocidad a la que la gente no estaba acostumbrada. Era imposible que en una empresa que no tuviera una calculadora electrónica, no la vendiéramos. Los dos ancianos que me atendieron muy amablemente aguantaron estóicamente mi demostración con mi bolígrafo que manejaba como la batuta

Una fábrica de muñecas.

 Mi primer director y del que aprendí todo lo que sé en cuestión de ventas, me dijo que nunca me fuera de un cliente, la primera vez que nos veíamos, sin causarle alguna impresión aunque tuviera que ser pisándole un pie. Si no es por algo inusual, no se acordarán de usted Sr. Oltra -me dijo-.  Y es cierto. También sirve para la vida normal. Una persona nueva en grupo de amigos, dejará de existir a menos que él tenga alguna característica especial; que sea muy feo, muy guapo, bizco, ojos saltones, gracioso... Si no es así y encima vas a venderle algo que otros irán llegando o han llegado antes, sólo recordará algo especial a menos que tu producto sea lo más del mundo mundial. Recuerdo una visita que hicimos a una fábrica de muñecas. El dueño nos recibió en su enorme despacho y después de los saludos de rigor, el mejor comercial que he conocido  en mi vida, se lanzó en directo a convencer al serio cliente. Yo iba de ayudante y llevaba un proyector de diapositivas y una pantalla para proy

Máquinas cableadas.

 Yo no llegué a vender máquinas cableadas, pero sí que las conocí. Y sobre estas máquinas tengo que contaros una anécdota.. Las máquinas cableadas no soportaban el programa en la memoria de la máquina. El programa era creado conectando una serie de parámetros, como las tabulaciones, cálculos básicos etc en unas placas internas de la carcasa, con unos cables eléctricos.. Rego, nuestro director, me llamó para que estuviera presente en una demostración que había apalabrado con un posible cliente y quería que yo viera cómo la hacía el y fuera aprendiendo.. El cliente llegó junto con su asesor fiscal que nos indicó estaba muy versado en computadoras.. A las primeras palabras de este hombre estaba claro que le interesaba que su cliente comprara otra computadora que, con toda seguridad, le tenía reservada una suculenta comisión.. No se hablaban dos palabras sobre nuestra máquina que él no los transformara en graves problemas. Pero no había tenido en cuenta que se enfrentaba con un verdadero g

El SIMO y cuanto dinero tendría Jesucristo al 5% de interés.

 Recuerdo muy bien la primera vez que estuve en SIMO (salón internacional de material de oficina). Todavía era mmt y,por lo tanto, no podía vender nuestros súper ordenadores de 540 kb y útiles solamente 256 kb. Pero teníamos fichas de banda magnética. De todos modos a mí me llevaron desde Valencia para vender calculadoras. Y la joya de la corona era la C7000 un animalito capaz de ser programada y hacer las mas variadas operaciones. El jefe de ventas me recibió de la siguiente manera. -Señor Oltra, como usted conoce media semana han venido sus compañeros de Barcelona y la otra mitad ustedes de Valencia. Su compañero catalán ha puesto el listón muy alto y ha vendido tres calculadoras. A ver lo que hace usted. La verdad es que yo tenía poca experiencia en ventas pues únicamente había estado unos meses vendiendo hierro para las obras en mi anterior trabajo ya que compaginaba la mañana haciendo el trabajo de bancos y oficina y la tarde vendiendo hierro del que facturaban con mis ventas unas

Clases de inglés

  El Inglés es totalmente necesario en el mundo de los negocios. Con el Español y el Inglés puedes ir a todas las partes del mundo. Nuestro idioma está subiendo a mayor rapidez que el inglés pero no para la parte comercial, aquí, el Inglés es insustituible. Así pues yo me apunte a unas clases para ampliar mis conocimientos del Inglés y me fueron muy bien y conocí a amigos que me han durado toda la vida. Y en estas clases vino una chica inglesa que lo que quería era perfeccionar el Español. Nos funcionaba de maravilla porque hablábamos los dos idiomas y ya no era simplemente lo que el profesor preguntaba, eran conversaciones reales. En un momento salió a la conversación la riqueza de los idiomas. La muchacha decía que el Inglés tenía muchas más palabras porque ella no encontraba algunas en Español, por ejemplo el hueco de la chimenea donde se ponen las maderas para hacer el fuego.. Le dijimos que si que existe y que normalmente se llama “hogar”, que es la misma palabra con que definimos

“ya sube, ya sube, ya sube”

  Rego era, supongo que seguirá siendo, un hombre extraordinario. Yo no he conocido a nadie como él. Eso no quiere decir nada aparte de lo que dice. ¡Era extraordinario con sus gustos y su vida! Otros lo han sido también pero con otras motivaciones, no a todo el mundo le gusta lo mismo ni es bueno para lo mismo. A G. Rego no le cabía en la cabeza el no poder hacer alguna cosa. ¡Seguro que podría! Y tampoco se quedaba sin buscar una solución a cualquier ¿por que? De la vida. Un día, después de terminar nuestro trabajo nos reunió y nos dijo. -El otro día estuve leyendo sobre algo que se llama la pirámide de manos y que me gustaría, si os parece bien que la hiciéramos a ver si sale. Todos estuvimos encantados. La cuestión es la siguiente: Un sujeto, en este caso yo, se sienta en una silla. Cuatro compañeros se ponen cada uno en un lado y le ponen las manos encima de la cabeza, sin tocarla. Las manos estarán por capas y con un pequeño movimiento rotativo y murmurando “ya sube” o parecido,

Viaje accidentado o ¿destino?

 A veces el destino nos maneja a su antojo y nos es muy difícil el pensar en casualidades. Desde que empezamos los cursos en Madrid, congenié mucho con un compañero llamado José Luis. La verdad es que tanto era así que cuando se tenía que hacer una demostración de cómo se presentaba bien una máquina éramos nosotros los que lo hacíamos aunque también fuéramos de los que, se supone, que estábamos con el resto en las clases. José Luis no estuvo mucho tiempo en la misma empresa que yo, Madrid tiene muchas ventajas al ser la central de muchas empresas muy importantes y él, que se había dedicado a la venta en bancos de cajeros automáticos, fue subiendo mucho rápidamente y llegó un momento que le hicieron una muy buena oferta de trabajo en una casa de la competencia nuestra y aceptó pasando a ser un ejecutivo importante. Naturalmente nosotros continuamos siendo amigos y cuando le preguntaron si conocía a alguien en quien confiar para un puesto muy bien pagado, pensó conmigo. Me llamó y quedam

Un cliente muy original

  En todas las épocas ha habido, y seguirán habiendo, gente extravagante. Quizás en aquella se notara más porque ahora parece ser que lo extravagante es lo normal. Ese día, todavía no habíamos salido a buscar clientes para nuestras súper computadoras cuando se abre la puerta de las oficinas y aparecen dos personas. Uno perfectamente vestido y el otro como si viniera en ese momento de la playa, pues sólo le faltaba el salvavidas de plástico. -¡Buenos días! -nos dijeron muy correctos- Venimos a comprar un computador. El compañero J.C.R se adelanta a atenderlo, se presenta y le hace una pregunta totalmente lógica. -¿Para qué lo necesita? ¿Cuál es el trabajo que ha de hacer? -Bueno, -contesta el cliente playero- usted enséñeme los que tiene y yo elijo el que me gusta. -¡Perdón señor -continua J.C.- pero tenemos que conocer cuál es la función que usted quiere hacer con la máquina para poder ofrecerle lo que necesita. -¡Eso es cosa mía! Pero ya que insiste le diré que lo necesito para ver cu

Un gran programador

   La vida era mucho más sencilla. El ser humano tenía preferencias casi sobre cualquier cosa, excepción hecha naturalmente del dinero. Pero en líneas generales una persona, trabajando y con algo de interés, podía vivir bastante bien y con pocas preocupaciones.. En aquel momento yo tenía lo que se llamaba "pluriempleo". Aparte del trabajo normal llevaba varias instalaciones de los ordenadores que habíamos vendido.. Una noche vino a verme mi sobrino Jose Angel. Donde él estaba no le veía futuro y aspiraba, como cualquier persona con ganas de progresar, a entrar en una dinámica más activa y con más porvenir que la que tenía en ese momento.. Después de pensarlo un rato le hice la siguiente proposición.. -Mañana vas a venir conmigo a tal empresa. Yo les voy a decir que no puedo seguir llevándolos y que te dejo a tí que les termines los programas. Seguramente no sólo no pondrán ninguna pega sino que te pedirán que te quedes con ellos dirigiendo el despacho, pues ya me lo propusier